La igualdad de oportunidades y nuestro círculo de responsabilidad

La igualdad de género no solo es un derecho humano, sino que es uno de los fundamentos esenciales para construir un mundo pacífico, próspero y sostenible.

Se han conseguido algunos avances durante las últimas décadas pero todavía existen muchas dificultades de manera general: las leyes y las normas sociales discriminatorias continúan siendo generalizadas, las mujeres siguen estando infrarrepresentadas a todos los niveles de liderazgo político, y 1 de cada 5 mujeres y niñas de entre 15 y 49 años afirma haber sufrido violencia sexual o física a manos de una pareja íntima en un período de 12 meses.

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La desigualdad hacia la mujer se manifiesta también en el entorno laboral, en el que éstas sufren la falta de oportunidades y una brecha salarial del 17% respecto a los hombres, según la OIT. La discriminación es mayor aún en caso de maternidad, ya que la diferencia salarial entre las mujeres que tienen menores a cargo es del 5% mayor respecto de las que no los tienen.

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Pero, ¿Qué significa realmente el concepto de igualdad de oportunidades? Muchas veces se llega a malinterpretar, considerando que simplemente es favorecer “porque sí” a las mujeres por delante de los hombres. Pero nada más lejos de la realidad. La igualdad de género es un principio constitucional que estipula que hombres y mujeres son iguales ante la ley lo que significa que todas las personas, sin distinción alguna, tenemos los mismos derechos y deberes frente al Estado y la sociedad en su conjunto.

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En otras palabras, la igualdad de género implica que hombres y mujeres deben recibir los mismos derechos y beneficios, las mismas sentencias y ser tratados con el mismo respeto.

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Aunque todavía tenemos un largo camino por recorrer, el mundo se vuelve cada vez más consciente de que es necesario actuar para combatir la desigualdad de género que, en muchas partes del mundo, se potencia por la asociación a otros tipos de discriminación, como racismo, xenofobia, homofobia, etc. Con los años, los beneficios de la igualdad de derechos son cada vez más evidentes. Un estudio realizado por la Organización Internacional del Trabajo, por ejemplo, mostró que, si hasta 2025 los países redujeran la diferencia de la participación entre mujeres y hombres en el mercado de trabajo en un 25%, el mundo tendría un incremento de 204 millones de personas en la fuerza laboral, lo cual inyectaría 5800 billones de dólares en el PIB mundial.

Todos los estudios parecen coincidir en que las políticas de igualdad, ya vengan del sector privado o de las instituciones, repercuten de forma muy positiva en la macro y micro economía de los países. Según el informe Global Gender Gap, la paridad de género es fundamental para que las economías y las sociedades prosperen. Además, garantizar la igualdad en el mundo laboral de la mitad del talento, tiene una gran influencia en el crecimiento, la competitividad y en el futuro de las economías y de las empresas.

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España es el sexto país europeo con mayor índice de igualdad de género, según el informe que publica el Instituto Europeo de Igualdad cada año. Nuestro país ha mejorado su puntuación en el ranking de 2021 (aunque la mayor parte de la información tenida en cuenta pertenece a 2019): de los 72 puntos obtenidos en 2020 ha pasado a 73,7 puntos sobre 100. Ese dato hace que España mejore un puesto respecto a la lista de 2018, cuando fue el séptimo país con más puntuación.

A ello han contribuido las últimas novedades legislativas en materia de igualdad, tales como el Real Decreto Ley 6/2019 de medidas urgentes para garantía de la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres en el empleo y la ocupación. Y, por su parte, el RD 901/2020 regula los Planes de Igualdad y su registro y el RD 902/2020 regula la igualdad retributiva.

A sumar, indicar que la base de la igualdad, está sedimentada en la participación en la política, en la fuerza de trabajo y, cómo no, en la educación.

Pero no podemos delegar toda la responsabilidad de los avances de la igualdad, en los agentes sociales. Es preciso que asumamos la responsabilidad que, como seres humanos en sociedad, tenemos respecto a esta cuestión.

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Y es necesario que nos preguntemos…

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¿Cómo podemos contribuir desde nuestro círculo de

responsabilidad al fomento de la igualdad?

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Algunas acciones a nuestro alcance son las siguientes:

Educar en base al valor de la igualdad.

Si los niños y niñas se perciben como iguales, en el momento en el que crezcan contribuirán a mantener esa igualdad y a respetarse mutuamente. Por lo tanto, desde la infancia es importante una educación basada en la igualdad evitando estereotipos de género.

Utilizar un lenguaje no sexista.

Cuando hablamos o escribimos, no nos damos cuenta del uso que hacemos del lenguaje y de cómo, en ocasiones, abusamos del masculino genérico en nuestra forma de hablar o escribir. Cuidando el uso de este tipo de lenguaje ayudaremos a evitar que las mujeres sean ocultadas y a lograr la igualdad en el trato entre mujeres y hombres.

Fomentar la igualdad en el trabajo.

Es vital observar y actuar ante las desigualdades existentes entre los trabajadores y trabajadoras en las empresas. Ver a la persona detrás de los comportamientos; denunciar prácticas injustas; construir redes de complicidad; tener bien controladas las generalizaciones o fomentar la implicación de todos, no sólo la diferenciación, son acciones poderosas que contribuirán a asentar la igualdad en el entorno de trabajo.

Apoyar la asunción de responsabilidades por igual.

El cuidado de los hijos e hijas o las tareas domésticas deben ser repartidas por igual entre hombres y mujeres de forma que el reparto de responsabilidades sea equitativo.

Un cambio social se produce como consecuencia de una modificación en la estructura de una sociedad que puede afectar a sus valores, normas o tradiciones. El inicio de un cambio social puede ser lento, pero en el momento en el que se pone en marcha es difícil pararlo, y eso es lo que está ocurriendo con la igualdad de género.

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¿Consideras que es importante un cambio social

para lograr la igualdad de género?

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Tu papel en el cambio social para la igualdad de género es fundamental, y la educación de las generaciones futuras es la base. Por eso, desde la infancia es necesario aprender en igualdad y fomentar la asunción de responsabilidades sin tener en cuenta el género. ¿De qué manera contribuyes tú a hacerlo posible?

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